ARTIGO EM DESTAQUE – Adiós al edadismo en la moda
AUTORA –CAROLINA CANOTO
FONTE: ELLE
Tras varios años luchando contra un discurso sesgado donde las mujeres maduras eran excluidas y apartadas, por fin vemos la luz con narrativas más inclusivas donde todas tenemos cabida y la edad es solo un número.
La moda es un puro reflejo de la sociedad. De nuestras aspiraciones, de nuestros miedos, de la situación económica, política o social… Pero también ha sido, durante mucho tiempo, una parte muy frívola, sesgada y deformada de nuestra realidad. Durante una larga época, las únicas modelos que podían verse en desfiles y editoriales se mostraban esqueléticas debido al estereotipo de modelo de belleza irreal donde solo las personas delgadas tenían éxito. Excepto en contadas ocasiones, la mayoría de maniquíes siempre eran caucásicas o de piel blanca. Y, por supuesto, todas increíblemente jóvenes y en “la flor de la vida”.
Afortunadamente, la última década nos ha dejado un claro cambio positivo en este sentido y, en los últimos años, hemos podido observar una mayor diversidad y concienciación de la salud mental. Así, las pasarelas y campañas de moda han incorporado a numerosas modelos de tallas grandes, de diferentes rasgos y tonos de piel y rangos de edad más elevados. No está todo ganado, pero es un gran paso hacia el cambio. Centrémonos en este último punto, y es que las últimas campañas de moda de Loewe, Massimo Dutti o Zara con celebridades maduras como imagen son sólo algunos de los ejemplos por los que hablamos aquí del comienzo del fin del edadismo. Te lo contamos todo.
Qué es el edadismo y cómo nos afecta
Según el Ministerio de Sanidad, “el edadismo fue un término acuñado por Robert Butler en la década de los 60 para referirse a los estereotipos y prejuicios existentes en relación a la edad”. Seguro que has escuchado eso de ‘eres demasiado mayor para hacer tal cosa’, o ‘no puedes vestirte así porque ya tienes cierta edad’. En la industria de la moda y de la belleza (aunque, por supuesto, no son los únicos) esto se incrementa en un 100%, pues siempre han querido vendernos la fuente inagotable de la juventud, de la frescura y del cuerpo perfecto. Y, las mujeres de más de 40 años, quedan relegadas forzosamente a un segundo plano.
Parece que, cumplida una edad, dejamos de ser atractivas y útiles. Y nada más lejos de la realidad. De hecho, con la edad ganamos en estilo, en experiencia y determinación. No obstante, las investigaciones sugieren “que la discriminación por motivos de edad puede ser ahora incluso más generalizada que el sexismo y el racismo y tiene graves consecuencias”. Según el informe de la OMS, “entre las personas mayores, el edadismo se asocia con una peor salud física y mental, un mayor aislamiento social y soledad, una mayor inseguridad financiera, una menor calidad de vida y unas mayores tasas de muertes prematuras”.
Por ello, notables fotógrafos, estilistas, diseñadores y editores de moda han querido poner los puntos sobre las íes y mostrar que la relevancia de una mujer no entiende de edad. ¿Por qué poner a una mujer joven con la piel tirante y lisa como imagen de una crema para combatir las arrugas? Sería mucho más acertado enseñar a una mujer más madura a la que le pueda interesar de verdad. ¿Por qué no pueden ser imagen de nuestra útima campaña mujeres de más de 40 años? Hagamos una editorial con mujeres referentes del cine. Éste ha sido su planteamiento, y no podemos estar más de acuerdo.
Por otro lado, no basta con comenzar a incluir a mujeres mayores en televisión, redes sociales o campaña. Debe también cambiar el lenguaje que se usa y se debe reconocer la edad como una etapa más de la vida, una evolución completamente natural y hermosa. Paremos de hablar de ‘antiedad’, ‘antiarrugas’ o ‘antienvejecimiento’ y empecemos a contemplar la aceptación que, finalmente, nos liberará.
El fin del edadismo: las campañas que lo están cambiando todo
El fin del edadismo no recae en una simple campaña o momento. Llevamos años fraguando este inevitable proceso y la industria de la moda ha sido un claro ejemplo de ello. El regreso a las pasarelas de Christy Turlington en 2019 con 50 años dio mucho de qué hablar, aunque no ha sido la única mujer madura en volver a desfilar. Firmas como Gucci, Dolce & Gabbana, Balenciaga, Celine o Simone Rocha han querido ser parte de la solución e incorporar a modelos de rangos de edad más variados en sus desfiles.
En 2020, Jane Fonda (85) protagonizó la editorial ‘Off The Grid’ de Gucci, y Victoria’s Secret volvería a contratar a dos de sus icónicos ángeles, Daniela Pestova (53) y Helena Christensen (54) para protagonizar algunas de las fotos de su catálogo. El gigante de Zara también se uniría al barco en 2021 con su colección ‘Timeless’ con la modelo Marie Sophie Wilson, de 57 años y, recientemente, con la increíble Ángela Molina en la campaña ‘Thirteen pieces’.
En las pasarelas españolas también podemos ver este cambio. Nieves Álvarez, con 49, sigue siendo una de las caras más relevantes, y otras como Pino Montesdeoca, con 61, ha sido bastante recurrente en diferentes desfiles como Otrura, Claro Couture, Teresa Helbig o Ángel Schlesser.
No podíamos no hablar, por supuesto, de la potente campaña de publicidad de Loewe protagonizada por la admirable Maggie Smith, de 88 años. A manos del reconocido fotógrafo alemán Juergen Teller, las fotos muestran a una Maggie orgullosa, elegante y natural. Sin maquillaje y con gran realismo, Loewe ha buscado mostrar la realidad y la belleza del tiempo sobre la piel, sin artificios.
Charlotte Rampling para Massimo Dutti es otro ejemplo del fin del edadismo, colocando a un icono de 77 años como ejemplo de estilo y carácter innatos. Y, dentro de la televisión, populares series como la de Emily in Paris han rechazado la visión sesgada de la moda y han creado un icono de moda y musa de estilo para las mujeres más maduras: Sylvie (en la vida real, la actriz que le da vida, Phillipine Leroy-Beaulieu, de 60 años, también está causando furor).
Aún queda mucho por recorrer, pero estamos en el camino adecuado para terminar con la discriminación a las mujeres por su edad. Debemos dejar atrás los prejuicios, el miedo a “envejecer” y aceptar el cambio y todo lo bueno que trae consigo. Cuando empecemos hacerlo, habremos conseguido la liberación que no sabíamos que necesitábamos.
FOTO DE CAPA: CORTESÍA MASSIMO DUTTI